Una mensaje de gran valor para las nuevas generaciones de nadadores, fue el que brindó el primer campeón nacional en la historia de Chiapas, Ernesto Gómez Pananá, durante la presentación de su ponencia “Carril 4: Cómo la vida se parece a la alberca”.
En el aula audio visual del Centro de Entrenamiento de “El Delfín”, el bicampeón chiapaneco en estilo Pecho (1989 y 1990) compartió su testimonio deportivo, más no se centró en sus logros sino en su deseo por entrenar a tope cada día y ver los frutos de esa dedicación reflejados años más tarde en su vida fuera de la piscina.
De inicio, ante un aula abarrotada no sólo por nadadores del club sino también por padres de familia, ex nadadores y amigos, Ernesto Gómez Pananá aclaró que no llegaba a exponer una historia llena de éxitos, de un deportista que ganó y ganó medallas, sino de un atleta que igual perdió finales, que no siempre mejoró sus tiempos pero que nunca dejó de volver a la alberca para dejar su máximo y ser el primero en subir al pódium nacional abriendo brecha a toda una generación de campeones.
“La persistencia –dijo Gómez Pananá- es la principal cualidad de un deportista y un nadador”.
Durante su exposición, presentó también ejemplos de grandes nadadores olímpicos como Matt Biondi, quien en Seúl 88 era el máximo exponente de la natación de los Estados Unidos y sorpresivamente fue derrotado por el desconocido nadador de Surinam, Anthony Nesty, en una de las mayores sorpresas en la historia de los Juegos Olímpicos.
“No es necesario ser un súper dotado ni alguien con capacidades extraordinarias para tener grandes satisfacciones, lo mejor de la natación no son las medallas, no son las competencias, lo mejor es la posibilidad de esforzarse, de ser persistente y de que eso a la larga da resultados y no se ven en la alberca uno, dos o cinco años sino que quedan tatuados en ellos para para toda la vida”, expresó el primer integrante del Salón de la Fama del Club Deportivo “El Delfín”.
Ernesto, quien se retiró de la natación de alta competencia a los 23 años hoy, a 20 años de su retiro, pudo recordar con las nuevas generaciones de nadadores de El Delfín sus mejores épocas y compartir experiencias de gran valor que hoy son útiles para su vida diaria.
“El gran total de la natación no se da en una o dos temporadas, sino después de mucho tiempo”, estimó.
“En la alberca, como en la vida, lo verdaderamente bueno tarda en llegar pero siempre llega, es cosa de saberlo entender”, concluyó Gómez Pananá, quien recibió de manos de los fundadores del club, Amanda Moguel y Salvador Anzueto, un reconocimiento por su aportación en esta emotiva charla motivacional.